martes, 15 de marzo de 2011

Como disminuir la brecha social en el sector educativo dentro de la RURALIDA

Nadie duda que la educación es factor determinante para superar la pobreza y lograr sociedades más productivas, equitativas, solidarias y pacíficas.

Un sistema educativo es bueno en la medida de su capacidad para acoger a tiempo a la población, retenerla y facilitarle la adquisición progresiva de las competencias necesarias para aportar al bienestar propio y de la sociedad. En este sentido, hemos avanzado mucho. No obstante, las cifras indican notables diferencias entre la situación de los pobladores del campo y aquellos de las cabeceras municipales, especialmente si se consideran las zonas con mayor dispersión poblacional.

La asistencia escolar corresponde al reporte de si se está estudiando o no. En total, la diferencia entre las cabeceras municipales y la zona rural es superior a catorce puntos. Sin embargo, los resultados del censo indican que las mayores diferencias se encuentran en los grupos de edad de 5 a 6 y 12 a 17 años (más de 17 puntos en ambos casos).

Esto significa que, mientras todavía muchos niños de las zonas rurales ingresan al sistema educativo en una edad mayor que la de sus pares de las cabeceras municipales, muchos de ellos cursan sólo la básica primaria o los primeros años de la secundaria. En 2004, se calculaba que la población económicamente activa menor de 25 años, en las cabeceras municipales, contaba con tres años más de escolaridad que la misma de la zona rural (9.1. y 6.1 respectivamente)

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